SEGUNDA PARTE
CAPITULOS I Y II
La literatura de cordel en la cual se publican los designios del pueblo emancipado y controlado.
Al leer estos capítulos me parece estar viviendo en la misma época, me sabe a lo mismo esto que estamos padeciendo, los mismos males – quizás mucho peores – afectados por la misma transformación de la economía inundada de la política y la politiquería. Ya había comentado en los primeros análisis, que el mismo estado utiliza la cultura popular para infiltrarse en las comunidades y manipularla a su antojo, dirigirla a su amaño y obtener de ella sus más siniestros planes. Entre otros, el mas importante, convertir a cada sujeto en un individuo en una pieza fundamental de la producción en masa, sumiso a la norma del estado y ciego ante el engaño y los abusos.
“Sin cultura no hay hegemonía” ni represión; es decir, sin esta materia prima, es imposible transitar tan libremente entre los pueblos y sus gentes. Por eso, la cultura es el camino para fomentar la represión, para apartar a los individuos de sus costumbres más significativas y producir en el mismo sistema, vacíos y cambios tan radicales que deforman la estructura que soporta la esencia de lo popular. Las mismas transformaciones de las celebraciones publicas y comunitarias en eventos controlados y regulados por el estado, le quita significado, unidad y familiaridad. Así posteriormente, las instituciones educativas, lo que van a hacer es darle continuidad, fuerza y soporte a la tarea hegemónica del estado, la manipulación del conocimiento para apaciguar y menguar la capacidad de pensar y al mismo tiempo de actuar.
No somos ajenos a la repetición de la historia. Nuestro sistema, al parecer pretende debilitar la estructura educativa, porque conoce que son los estudiados, los preparados, los académicos y pedagogos – quienes en su gran mayoría – fomentan los espacios de reflexión, para poner en tela de juicio las injusticias y desigualdades, y proponer movimientos que rechacen todo aquello que amenaza la integridad del pueblo. “Los organizadores de los movimientos son los mas instruidos y calificados”, por tal razón es peligroso dar educación a aquellos que luego se levantaran en contra del sistema que los oprime.
Cualquier parecido con la realidad...... no es ninguna coincidencia!!
¿La misma historia con diferentes protagonistas y contextos?
La comercialización de la cultura en forma de literatura, poesia, cuentos, narraciones, criticas, reflexiones, etc. acapara todas las capas sociales y sirve a su vez, en los procesos de emancipación y al mismo tiempo de rebeldía contra el sistema. Las obras teatrales que llaman la atención del publico, en las cuales se encuentran identificadas las experiencias, las penas y dificultades del pueblo; entonces, llegan los controles, las prohibiciones y restricciones, puesto que este tipo de expresiones puede dañar el prestigio del estado y alterar la imagen de una estructura basada en el control y la hegemonía.
Ahí se manifiesta la mediación de estas expresiones, dentro del marco de esta gran obra teatral llamada nación; la victima, el protector, el agresor y el bobo... a cada uno nos queda muy bien cualquiera de estos papeles en este gran melodrama, que en sus inicios fuera gran atractivo y espectáculo de las masas, y ahora lo vivimos en carne propia.
CAPITULOS I Y II
La literatura de cordel en la cual se publican los designios del pueblo emancipado y controlado.
Al leer estos capítulos me parece estar viviendo en la misma época, me sabe a lo mismo esto que estamos padeciendo, los mismos males – quizás mucho peores – afectados por la misma transformación de la economía inundada de la política y la politiquería. Ya había comentado en los primeros análisis, que el mismo estado utiliza la cultura popular para infiltrarse en las comunidades y manipularla a su antojo, dirigirla a su amaño y obtener de ella sus más siniestros planes. Entre otros, el mas importante, convertir a cada sujeto en un individuo en una pieza fundamental de la producción en masa, sumiso a la norma del estado y ciego ante el engaño y los abusos.
“Sin cultura no hay hegemonía” ni represión; es decir, sin esta materia prima, es imposible transitar tan libremente entre los pueblos y sus gentes. Por eso, la cultura es el camino para fomentar la represión, para apartar a los individuos de sus costumbres más significativas y producir en el mismo sistema, vacíos y cambios tan radicales que deforman la estructura que soporta la esencia de lo popular. Las mismas transformaciones de las celebraciones publicas y comunitarias en eventos controlados y regulados por el estado, le quita significado, unidad y familiaridad. Así posteriormente, las instituciones educativas, lo que van a hacer es darle continuidad, fuerza y soporte a la tarea hegemónica del estado, la manipulación del conocimiento para apaciguar y menguar la capacidad de pensar y al mismo tiempo de actuar.
No somos ajenos a la repetición de la historia. Nuestro sistema, al parecer pretende debilitar la estructura educativa, porque conoce que son los estudiados, los preparados, los académicos y pedagogos – quienes en su gran mayoría – fomentan los espacios de reflexión, para poner en tela de juicio las injusticias y desigualdades, y proponer movimientos que rechacen todo aquello que amenaza la integridad del pueblo. “Los organizadores de los movimientos son los mas instruidos y calificados”, por tal razón es peligroso dar educación a aquellos que luego se levantaran en contra del sistema que los oprime.
Cualquier parecido con la realidad...... no es ninguna coincidencia!!
¿La misma historia con diferentes protagonistas y contextos?
La comercialización de la cultura en forma de literatura, poesia, cuentos, narraciones, criticas, reflexiones, etc. acapara todas las capas sociales y sirve a su vez, en los procesos de emancipación y al mismo tiempo de rebeldía contra el sistema. Las obras teatrales que llaman la atención del publico, en las cuales se encuentran identificadas las experiencias, las penas y dificultades del pueblo; entonces, llegan los controles, las prohibiciones y restricciones, puesto que este tipo de expresiones puede dañar el prestigio del estado y alterar la imagen de una estructura basada en el control y la hegemonía.
Ahí se manifiesta la mediación de estas expresiones, dentro del marco de esta gran obra teatral llamada nación; la victima, el protector, el agresor y el bobo... a cada uno nos queda muy bien cualquiera de estos papeles en este gran melodrama, que en sus inicios fuera gran atractivo y espectáculo de las masas, y ahora lo vivimos en carne propia.
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