Luego de poner en marcha la Propuesta de Intervención, es bueno compartir algunos de los ajustes que se lograron hacer a la misma, después de este lapso de lectura, de comentarios, de revisión de otras propuestas de los colegas y compañeros de Maestría.
En primer lugar, en un proceso de Intervención en el cual se pretende mejorar varios factores que hacen parte de las prácticas de enseñanza y de aprendizaje, al articular ciertos dispositivos y ciertos procedimientos que permiten ampliar las posibilidades de creatividad, de participación, de interacción y de aprendizaje significativo, se hace necesario organizarlo en fases que le muestren el camino, la trayectoria y el horizonte de aprendizaje al estudiante:
Una fase referida a la planeación, otra a la ejecución, y finalmente una fase de publicación que denote un proceso organizado.
En segundo lugar, el uso de rúbricas para cada fase que ofrezcan los criterios e indicadores apropiados, que se requieren para obtener los resultados esperados. Una vez que los estudiantes se apropian de las rúbricas y demás criterios de evaluación, adquieren habilidades para revisar, ajustar, corregir, reflexionar y auto-evaluarse... con el único propósito de aportar a la autonomía y la auto-regulación del aprendizaje por parte de los estudiantes.
Por lo demás, los componentes de participación, evaluación y moderación deben estar ajustados a los propósitos que se pretenden en la propuesta de intervención, dejando entrever un diálogo coherente entre sus partes que conlleven al mejoramiento de las prácticas pedagógicas implicadas en dicha tarea; ademas, que permitan mapear el recorrido de los participantes sin perder de vista sus alcances y sus progresos, desde la perspectiva de comunicabilidad del saber.
Vea PROPUESTA DE INTERVENCIÓN Segunda Versión
También DISPONIBLE EN GOOGLE.DOCS
En primer lugar, en un proceso de Intervención en el cual se pretende mejorar varios factores que hacen parte de las prácticas de enseñanza y de aprendizaje, al articular ciertos dispositivos y ciertos procedimientos que permiten ampliar las posibilidades de creatividad, de participación, de interacción y de aprendizaje significativo, se hace necesario organizarlo en fases que le muestren el camino, la trayectoria y el horizonte de aprendizaje al estudiante:
Una fase referida a la planeación, otra a la ejecución, y finalmente una fase de publicación que denote un proceso organizado.
En segundo lugar, el uso de rúbricas para cada fase que ofrezcan los criterios e indicadores apropiados, que se requieren para obtener los resultados esperados. Una vez que los estudiantes se apropian de las rúbricas y demás criterios de evaluación, adquieren habilidades para revisar, ajustar, corregir, reflexionar y auto-evaluarse... con el único propósito de aportar a la autonomía y la auto-regulación del aprendizaje por parte de los estudiantes. Por lo demás, los componentes de participación, evaluación y moderación deben estar ajustados a los propósitos que se pretenden en la propuesta de intervención, dejando entrever un diálogo coherente entre sus partes que conlleven al mejoramiento de las prácticas pedagógicas implicadas en dicha tarea; ademas, que permitan mapear el recorrido de los participantes sin perder de vista sus alcances y sus progresos, desde la perspectiva de comunicabilidad del saber.
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